El barrer de la intimada noche,
Arde el claro; cae brizna
Se pierden las calles de mi memoria
En cada sol; en cada esquina.
Y truena azul el aire abatido,
Del deambular sereno y profundo,
Ya canta el viento en el vértigo lento,
Ya aúlla el alba bajo sus alas,
Mientras afuera, en otro mundo
En otro espacio; en otro tiempo
Se escucha el gemir violento
De tantas penas equívocas y pardas.