Mi cerebro ya no piensa, soy una cajita de leche chocolatada con acupuntura de tinta fina. Hoy mi pasado se volcó sobre la mente, mejor dicho ayer, mejor dicho mientras comía un tutu de lechuga orgánica. La gracia sobre el escenario, la grasa de la gracia, nosotros no deberíamos utilizar tenedores, me dan mucho miedo. Las armas sobre la mesa, un poco de sangre cae sobre el mantel y en mi estómago se desata una guerra nuclear.
Reconstruir tu pasado no te hace ser quien eras antes. ¿Es tan difícil entenderlo? Nuestra humana necesidad de aferrarnos a algo o alguien para sentir que las cosas no cambian de color, que sigue existiendo un piso debajo de nuestros pies. A todos nos gusta hincar en el mismo sitio, sentir el confort del ayer aunque nos hundamos en el presente.Las conversaciones del parque por las tardes, las madrugadas (des) esperadas, las rutinas que surgen del bolsillo en las mañanas en las que no hay sencillo. La misma gente, con sus mismas frases en un aire que más huele a guardado que a nuevo. Estar en el mismo lugar diez años atrás pero darte cuenta que ya no cabes en la silla, que ya no entras en las piscinas de pelotitas que antes te parecían un torbellino.
Como la música puede trasladarte a viejos recuerdos, en un compás, cuatro rezos. En una canción, mil verdades.
1,2,3,4,
2,2,3,4,
3,2,3,4
4,2,3,4, 5,2,3,4,6,2,3,4.
Extraño los días en que me enredaba con los compases y me encerraba en el salón a hacer música, sonidos bucales que estrangulaban mis pulmones. El mi, el fa, el si de mol, el do por qué... pequeños instantes que nos dejan bañadas de dicha el alma para luego desaparecer en adiós efímero, que vuelve y retuerce el alma de vez en cuanto, como un tornillo, con un chinche en el zapato. Imperceptible, pero cierto.
Vivir atrapado, es cruel y necesario. Aunque sea un instante, sentir el péndulo que bien decías se encuentra encima de uno, yendo y viniendo, mientras el tiempo se mezcla una y otra vez. Pero ¿Quién define qué es pasado? ¿Qué es lo que existe? Periodificar la historia, fragmentar el tiempo, son cosas que no me gustan. Por eso odio mi celular (Se siente bien, salvo el tener que ir a una cabina/locutorio/violatorio/centrodepornojapones de la esquina porque no encontrabas a nadie)
Creo que por fin lo estoy aceptando, vivir de recuerdos no siempre es saludable. A algunas cosas hay que dejarlas ir, lo demás, bueno, seguirá latente. Prestarles atención, asumo que ese es el primer paso. Lástima que nunca te des cuenta de las cosas. Ellos tienen razón...
Algunas esperanzas pueden debilitarse a través del tiempo (Nuestro tiempo), la rendición es innegable cuando el hilo mental nunca toma forma, cuando sólo divaga en ideas dichas en voz alta mientras el señor de la esquina silva algo que no logra procesar. Ideas sueltas, masturbación de lámparas mágicas (No digas que no tienes suerte), hablar y no querer hablar, un inglesportuguésespañol que carece de sentido. Eso es, neologismos foráneos en búsqueda de pertenencia. Yo, jugando a ser alguien, cuando aún no encuentro la partida. El punto, el otro punto, los puntos suspensivos, dos tetas de ida y otras de vuelta (Jamás entenderé la magia de los simbolismos matemáticos) La música de circo me da muchísimo miedo, el payaso Ronald Mc Donald me parece un violador y sus amigos no tienen nada de infantiles. Corazones rotos, mentes abiertas, brazos cerrados. A eso le llamo comprensión.
Mientras comía payasito, me di cuenta de eso. Lúcuma con chocolate, excelente combinación.
Mother should I build the wall? Poles apart, I know it's over but there's a light that never goes out.
Reconstruir tu pasado no te hace ser quien eras antes. ¿Es tan difícil entenderlo? Nuestra humana necesidad de aferrarnos a algo o alguien para sentir que las cosas no cambian de color, que sigue existiendo un piso debajo de nuestros pies. A todos nos gusta hincar en el mismo sitio, sentir el confort del ayer aunque nos hundamos en el presente.Las conversaciones del parque por las tardes, las madrugadas (des) esperadas, las rutinas que surgen del bolsillo en las mañanas en las que no hay sencillo. La misma gente, con sus mismas frases en un aire que más huele a guardado que a nuevo. Estar en el mismo lugar diez años atrás pero darte cuenta que ya no cabes en la silla, que ya no entras en las piscinas de pelotitas que antes te parecían un torbellino.
Como la música puede trasladarte a viejos recuerdos, en un compás, cuatro rezos. En una canción, mil verdades.
1,2,3,4,
2,2,3,4,
3,2,3,4
4,2,3,4, 5,2,3,4,6,2,3,4.
Extraño los días en que me enredaba con los compases y me encerraba en el salón a hacer música, sonidos bucales que estrangulaban mis pulmones. El mi, el fa, el si de mol, el do por qué... pequeños instantes que nos dejan bañadas de dicha el alma para luego desaparecer en adiós efímero, que vuelve y retuerce el alma de vez en cuanto, como un tornillo, con un chinche en el zapato. Imperceptible, pero cierto.
Vivir atrapado, es cruel y necesario. Aunque sea un instante, sentir el péndulo que bien decías se encuentra encima de uno, yendo y viniendo, mientras el tiempo se mezcla una y otra vez. Pero ¿Quién define qué es pasado? ¿Qué es lo que existe? Periodificar la historia, fragmentar el tiempo, son cosas que no me gustan. Por eso odio mi celular (Se siente bien, salvo el tener que ir a una cabina/locutorio/violatorio/centrodepornojapones de la esquina porque no encontrabas a nadie)
Creo que por fin lo estoy aceptando, vivir de recuerdos no siempre es saludable. A algunas cosas hay que dejarlas ir, lo demás, bueno, seguirá latente. Prestarles atención, asumo que ese es el primer paso. Lástima que nunca te des cuenta de las cosas. Ellos tienen razón...
Algunas esperanzas pueden debilitarse a través del tiempo (Nuestro tiempo), la rendición es innegable cuando el hilo mental nunca toma forma, cuando sólo divaga en ideas dichas en voz alta mientras el señor de la esquina silva algo que no logra procesar. Ideas sueltas, masturbación de lámparas mágicas (No digas que no tienes suerte), hablar y no querer hablar, un inglesportuguésespañol que carece de sentido. Eso es, neologismos foráneos en búsqueda de pertenencia. Yo, jugando a ser alguien, cuando aún no encuentro la partida. El punto, el otro punto, los puntos suspensivos, dos tetas de ida y otras de vuelta (Jamás entenderé la magia de los simbolismos matemáticos) La música de circo me da muchísimo miedo, el payaso Ronald Mc Donald me parece un violador y sus amigos no tienen nada de infantiles. Corazones rotos, mentes abiertas, brazos cerrados. A eso le llamo comprensión.
Mientras comía payasito, me di cuenta de eso. Lúcuma con chocolate, excelente combinación.
Mother should I build the wall? Poles apart, I know it's over but there's a light that never goes out.
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