domingo, 24 de abril de 2011

Fin de semana largo

Unas ondas nebulosas que abundan en mi cuerpo, te pensé toda mi santa semana pero aún no logro plasmarte en unas cuantas líneas... ¿Serás que vuelas y tengo que cogerte despacio para que no te esfumes en el incienzo religioso de la noche? ¿O serás que vas a otra velocidad que la mía? Algo predecible si partimos de mis escasas habilidades físicas e imposible en un ritmo unisono de un espacio temporal distinto.

Caminar sin ver los pasos que dejas, caminar para nadie más que para ti mismo y caminar sin llegar a ningún lugar y al mismo tiempo llegar al centro, al origen de cada paso gastado por el tiempo y por el falso intento de ser alguien más. Por eso me gusta caminar, coleccionar uno a unos los pasos y armar un puente con ellos, redudante, volver en el intento de encontrar explicaciones y no encontrar nada más que un interminable laberinto isolado.

Laberinto isolado en el desierto, en condiciones climáticas no favorables (Consecuencias del calentamiento global, del calor corporal o de la insana creencia de que el verano es verano por el hecho de serlo y que el calor tiene que ser necesariamente caliente y no fríamente estimulante) que bloquean de una u otra forma la dirección mental, trato de ubicarme en dos pies (No tengo más, fallas técnicas) y recoger mis pasos, darles armonía, soltar algunos cabos y emprender viajes grandiosos y mesiánicos.

Los pasos, el calor enfriante, el camino intransitable... se vuelcan en mi mente, siento que me pierdo en el propio calor de mi cuerpo, en el sudor irresponsable del nerviosismo mental, frenar antes de tiempo, parecer normal... muchas obligaciones y pocos arrebatos, un efecto educativo religioso incondicional. Contraste fatal entre la hoguera naciente y el latir azul aprisionado, se derrite lentamente, paso a paso en un fino y denso camino de humo, adquiere tono, voz, prisa y finalmente, en el propio lecho, vuela junto al incienso... la comunión se ha efectuado y con ella las cenizas resucitan en la última gloria misma (Juego de palabras semanasantístico) Aún no logro plasmarte pero hoy te encontrado, volamos codo a codo en el infinito resplandecer de la noche virgen.