domingo, 15 de noviembre de 2015

El lenguaje fluye mejor con la lengua viva

La tecnología tiene avances impresionantes. Ayer, por ejemplo, me enteré que puedes desbloquear aparatos móviles con tu huella dactilar. Colocas el dedo más gordo sobre un botón y luego este reconoce tu identidad. Disculpa Clara que haga esta aclaración. Sin embargo, la hago porque el otro día mientras caminaba por De La Fuente descubrí que hay personas que no tienen la legitimidad para decir “Este es mi dedo gordo”.  ¿Te imaginas? La magnitud de sus manos hace que cada dedo sea una expresión exquisita de obesidad mórbida. Diez pulgares sobre la mesa. Evidentemente no hay tratamientos, prescripciones médicas o un club anónimo que reflexione sobre el anular. (Si te despierta curiosidad, podríamos buscarlo en línea) Pero en todo caso, la expresión me parece pertinente y hace justicia a los individuos confundidos que no pueden hablar de pulgares ni jugar gallito con facilidad, entre otras cosas importantes en la vida.

Al menos esa fue mi impresión, que no fue compartida por Guillén. Luego de mi descubrimiento, corrí a su apartamento en San Antonio. Subí las escaleras con una inocencia infantil. Lo miré fijamente y le dije “Mire usted Guillén, me encontraba por Juan de la Fuente cuando me percaté de algo sumamente importante…” Resumí en pocas líneas mi descubrimiento. Me miró entrañado y su respuesta fue poco animosa. ¿Usted es estúpido, no?- dijo con una voz ronca de fumador barato- Sabía que andaba un poco mal de los nervios y que esos frascos con sus símbolos químicos sólo lo harían más torpe pero no creí que fuera tan imbécil. Y ahora viene, con sus artimañas de catálogo y me quiere usar a mí de experimento. Habrase visto muchacho. (Si Clara, llevé una caja de instrumentos: Dos lupas de distinta medida, un centímetro, un anillo de boda que robé del ajuar de Roxana y un guante de motociclista que adquirí en la Calle Cuba por seis monedas) Me quedé en silencio, pasmado y ofendido. Le dije que igual se iba a morir pronto y me fui rápido, pensando que había perdido el tiempo y que cada segundo me quitaba otro de fama.

Entonces salí a la calle, decepcionado como un niño en una feria escolar. Te ayudo a hacerte una idea: Pelo engomado, raya al costado, una bata blanca hasta los tobillos, lentes grandes que sobrepasan la superficie de la cara y un experimento fallido que grita en el silencio del aplauso de un tuerto o de una madre viuda. No Fernandito, salió increíble. Mamá te quiere.

Pero no, tú no te reirías. (O al menos prefiero creerlo) En cambio, vendrías conmigo. Te pararías allí en Juan de la Fuente o cualquier calle dentro de tu cartografía urbana. Te quedarías ahí pese a tu repulsión a lo público y observaríamos gente. Me dirías “Has llamado mi atención” y eso para mí sería suficiente. Y aún si supieras que ando equivocado y que soy un poco lerdo como sugiere Don Paco, lo harías con esa sutileza fina e inteligente que te caracteriza. O quizás no harías nada porque la vida te ha enseñado que también es pertinente dejar equivocarse a quien uno quiere. Dirías “Eres un incomprendido. Haremos ese experimento, lo prometo. Pero ven que el día pasa, vayamos por un café”. Luego iríamos a tu local, ese el de la esquina de vidrios con macetas o a cualquier lugar con algo caliente y un poco de silencio, pertinente para estas reflexiones. Miento Clara, miento descaradamente: tiene que ser un buen café. El lenguaje fluye mejor con la lengua viva.

Entonces hablaríamos sobre cualquier cosa: El clima, las corbatas a rayas, los call centers, la inestabilidad de los cuadros de pared ante la insistencia del clavo solitario, mi necesidad de jugar para darle un sentido a la vida. Te reirías de mí, acentuarías mi torpeza con la mirada. Habría un momento de burla, otro de dispersión, un paréntesis para ir al baño y así, así seguiríamos hasta que llegue el momento preciso o espontáneo en el que hablemos de cosas que no causan simpatía.

No comprendo en donde radica esta simpatía pero en el fondo sé que me entiendes. Puede que hayamos olvidado el arte de escuchar y es por ello que Guillén saca conclusiones tan apresuradas. Probablemente tú tampoco me escuches y te aburran con frecuencia mis monólogos vacíos. Quizás yo no entienda mucho de esto así como nunca aprendí a coger un arma. Pero en todo caso, esta repulsión que me consume por dentro, este aguijón constante que me come en las mañanas y los días de menestras se debe a que he aprendido a estar vivo y en mi vida priman más las teorías estúpidas que los horarios de oficina.






domingo, 30 de agosto de 2015

La señora Dalloway

Por experiencia, Clarissa sabía que el éxtasis religioso endurece  los modales de la gente (igual que las causas), amortigua su sensibilidad, ya que la señorita Kliman era capaz de hacer cualquier cosa a favor de los rusos y se mataba de hambre por los austríacos, pero con su comportamiento privado infligía una verdadera tortura al prójimo, tan insensible era, ataviada con su impermeable verde; sudaba, en cuanto entraba en una habitación nunca pasaban cinco minutos sin que hiciera sentir su superioridad, tu inferioridad; lo pobre que era ella; lo rica que era una; cómo vivía en un cuartucho, sin un almohadón, sin una cama, sin una alfombra, o sin lo que sea, con el alma cubierta por la herrumbre de la ofensa, después de haber sido despedida de la escuela, durante la guerra ¡pobre criatura, amargada y desdichada! Sí, porque no se la odiaba a ella sino al concepto de ella, y, sin duda alguna, este concepto llevaba incorporadas muchas cosas que no eran de la señorita Kliman; y la señorita Kliman se había convertido en uno de esos espectros que se ponen a horcajadas sobre nosotros y nos chupan la mitad de la sangre, dominadores y tiránicos, pero, sin la mejor duda, si los dados de la fortuna hubieran caído de otra manera, más favorable a la señorita Kliman, Clarissa la hubiera amado. Pero no en este mundo, no. (14)

No había nadie. Sus palabras se desvanecieron. Como se extingue un cohete. Brilla, después de haber abierto paso en la noche, se rinde a la noche, desciende la oscuridad, cubre las siluetas de casas y torres, se suavizan las laderas de las colinas, y se hunden. Pero a pesar de que todo desaparece, la noche está repleta; privado de color, en la ceguera de las ventanas, todo existe de manera más grave, todo da lo que la franca luz del día no puede transmitir, la inquietud y la intriga de las cosas conglomeradas en las tinieblas; apiñadas en las tinieblas, carente de relieve que les da el alba cuando, pintando los muros de blanco y de gris, rebrillando en los cristales de las ventanas, levantando la niebla de los campos, mostrando las vacas pardirrojas que pastan en paz, todo queda de nuevo amarrado a los ojos; todo existe otra vez. (25)

Suavemente, el rico y benéfico humo del cigarro se deslizó por su garganta; soltó el humo otra vez, formando anillos que, por un momento, lucharon bravamente con el aire; azules, circulares- intentaré a hablar a solas con Elizabeth esta noche, pensó-, luego, comenzaron a vacilar, adoptando la forma de relojes de arena, y fueron desvaneciéndose; qué extrañas formas adoptan, pensó. De pronto cerró los ojos, alzó la mano con esfuerzo y arrojó lejos de sí la pesada colilla del cigarro. Un gran cepillo pasó suavemente por su cerebro, barriéndolo con inquietas ramas, voces de niños, rumor de pasos, gente moviéndose, murmullo de tránsito, tránsito alzándose y cayendo. Se hundió más y más en las suaves plumas del sueño, se hundió y quedó envuelto en silencio. (53)

De repente, Septimus dijo: "Y ahora nos mataremos" cuando estaban junto al río, alegre miró con una expresión que Lucrezia había visto en sus ojos cuando junto a él pasaba un tren o un autobús, una expresión de esta fascinado por algo; sintió que se apartaba de ella, y lo tomó del brazo. Pero en el camino de regreso a casa estuvo perfectamente sereno, perfectamente razonable. Discutía con ella la posibilidad de matarse los dos, le explicaba cuán malvada era la gente, le decía que podía ver cómo la gente inventaba mentiras en la calle cuando ellos pasaban. Sabía todo lo que la gente pensaba, decía. Sabía el significado del mundo, decía. (61)

Además, se encontraba completamente solo, condenado, abandonado, como están solos aquellos que van a morir, y había en ello cierta belleza, era un aislamiento sublime; representaba una libertad que las personas vinculadas no pueden conocer. Holmes había ganado, desde luego; el bruto de los rojos orificios de nariz había ganado. Pero ni siquiera Holmes podía tocar aquel último resto perdido en los límites del mundo, aquel forajido que, vuelta la vista atrás, miraba las regiones habitadas del mundo, que yacía, como marinero ahogado, en la playa del mundo (85)

En consecuencia, no tenía excusa; no tenía nada, excepto el pecado por el que la humana naturaleza lo había condenado a muerto, el pecado de no sentir. Le había importado poco que mataran a Evans; esto era peor, pero todos los restantes delitos alzaban la cabeza y agitaban los dedos y gritaban y lanzaban carcajadas desde los pies de la cama a primeras horas de la madrugada, dirigidas al cuerpo postrado que yacía consciente de su degradación; se había casado con su esposa sin amarla; le había mentido; la había seducido; había ultrajado a la señorita Isabel Pole; y estaba tan marcado por el vicio que las mujeres se estremecían al verlo en la calle. La sentencia que la naturaleza humaba dictaba en el caso de semejante desecho era de muerte. (83)

Y la gente diría: "Clarissa Dalloway está muy mimada" le importaban mucho más las rosas que los armenios. Perseguidos hasta la muerte, mutilados, helados, víctimas de la crueldad y de la injusticia (se lo había oído decir una y mil veces a Richard), no, ningún sentimiento suscitaban los albanos en ella, ¿O los armenios?, pero amaba las rosas (¿ayudaría esto a los armenios?), las únicas flores que toleraba ver cortadas. (109)

De manera que, para conocer a Clarissa, o para conocer a cualquier, uno debía buscar a la gente que lo completaba; incluso los lugares. Clarissa tenía raras afinidades con personas con las que nunca había hablado, con una mujer en la calle, un hombre tras un mostrador, incluso árboles o graneros. Y aquellos terminaba con una teoría trascendental que, con el horror de Clarissa a la muerte, le permitía creer, o decir que creía (no obstante todo su escepticismo) que, como sea que nuestras apariencias, la parte de nosotros que aparece, son tan momentáneas en comparación con otras partes de nosotros, partes no vistas, que ocupan un amplio espacio, lo no visto puede muy bien sobrevivir, ser en cierta manera recobrado, unido a esta o aquella persona, e incluso merodeando en ciertos lugares, después de la muerte. (137)

Estos hoteles no son lugares reconfortantes. Ni mucho menos. Innumerables personas habían colgado el sombrero en aquellas perchas. Incluso las moscaras, a poco que uno pensara en ello, se habían posado en otras narices. Y, en cuanto a aquella limpieza que hería la vista, no era limpieza sino, ante bien, desnudez, frialdad; algo obligado. Seguramente una árida matrona recorría el lugar al alba, olisqueando, mirando, obligando a muchachas con la nariz azul a fregar, fregar y fregar, como si el próximo visitante fuera una tajada de carne que se debía servir en bandeja perfectamente limpia. Para dormir, una cama; para sentarse, un sillón; para limpiarse los dientes y afeitarse el mentón, un vaso, un espejo. Los libros, las cartas, la bata, descansaban aquí y allá, en la impersonalidad del lugar, como incongruentes impertinencias. (139)

Sentados alrededor de mesas con un jarrón, vestidos de etiqueta o no, con sus chales y bolsos al lado, con su falso aire de compostura, porque no estaban acostumbrados a comer tantos platos en la cena; y de confianza, porque podían pagar;, y de tensión, porque se habían pasado el día haciendo compras y visitando monumentos en Londres; y de natural curiosidad, porque alzaron la vista y miraron alrededor cuando entró el agradable caballero con las gafas de armazón de concha; y de buena voluntad, porque con gusto prestarían pequeños servicios, como entregar un horario de trenes, o dar cualquier información útil;, y del deseo, que latía en ellos, que los empujaba subterráneamente, de establecer vínculos de un modo u otro, aunque sólo fuera el de un lugar de nacimiento (Liverpool, por ejemplo) en común, o el de amigos con un mismo apellido; con sus miradas furtivas, extraños silencios, y súbitas retiradas al terreno de la jocosidad familiar y el aislamiento; allí estaban cenando cuando el señor Walsh entró y se sentó a una mesa junto a la cortina. (143)


Porque esta es la verdad acerca de nuestra alma, pensó, de nuestro yo, que como un pez habita en profundos mares, y nada entre oscuridades, trazando su camino entre matas de gigantescos hierbajos, por espacios moteados por el sol, y sigue adelante y adelante, penetrando en las tinieblas, en la frialdad, en lo profundo, en lo inescrutable, y de repente sale veloz a la superficie, y se exhibe y nada en las olas rizadas por el viento, y tiene una positiva necesidad de trato, de roce, de calor, con charlas ligeras. ¿Qué piensa el gobierno hacer- Richard Dalloway lo sabría- con la India? (144) 

sábado, 9 de mayo de 2015

Diálogos en una taza de café

Cogió la taza con la mano izquierda, haciendo un esfuerzo por no derramar el café mientras resolvía el crucigrama con la punta del anular, pensando en Francisco De Quevedo en artistas barrocos. Sintió el chorro amargo por su garganta, el líquido espeso quemando su piel, los ojos de esa mañana en la que sabía iba a morir.

Siempre leía periódicos pasados. El mes anterior, el día de ayer, mil novecientos noventa y siete. Por un tiempo asumí que era tan solo una de tus múltiples formas por reafirmar tu odio a los lustrabotas y relojeros de Madrid pero pronto entendí que era un método más de los muchos que empleabas para negar tu realidad e inventar mundos imaginarios. Pero claro, los criterios que emplean los periódicos para construir la realidad pueden ser muy cuestionables. La forma en la que se construye el sentido común, lo que debes saber para mantenerte informado y calzar dentro de esa élite intelectual que siempre te gustó etiquetar. Por qué no... digamos... ¿Por qué no plasmar la realidad tal y como sucede? La relevancia del peso muerto de una mosca sobre el borde de la taza de café, la armonía en la convivencia de las bacterias debajo de la suela del zapato, el hecho de que hoy te olvidaste de combinar tu ropa interior con las medias largas plomas que recibiste en tu cumpleaños.

Pensó brevemente en las personas que leían la carta en voz alta y lo repudiable que eran con sus preguntas sobre ingredientes extraños mal traducidos. 

Entonces dime, ¿Escuchaste su discurso? Sí, claro. (Un momento, por favor) Entiendo. Pero sí, tienes razón. No pude creerlo cuando lo vi. Diría yo que ha engordado. Sí claro, quizás no fue una buena combinación. ¿Qué diría Estela si lo viera sin corbata? Por supuesto, entiendo. No es una de las personas que ves y dices pues "Sí, tú llegarás a ser grande". Las ventajas de la educación, diría mi abuela. Pero mira ya ves donde está y sí... (El pastel de espinaca con tocino no estaría mal. Sí, caliente está bien. ) aún es muy temprano para advertir algo. Pudo ser peor, va a tener que cambiar un par de cosas. Su tacto, la forma en la que se resiente y finge que todo sigue su curso, la parada (Con aceite de oliva, por favor. Ah, y un expreso doble. Sí, el vaso de agua está bien. Nada de azúcar, por favor) Te sorprenderías de ver la heterogeneidad de estos nuevos locales alternativos. Es un grito contra el discurso y los fast food. ¿Entiendes lo que te digo? Mmm ¿Ejemplos? Ok. Te pongo uno, el bordado del mantel combina levemente con el tapizado. Claro, te hacen sentir en casa pero al final te traen la boleta y te preguntan si incorporarás la propina. Ajá, uno de esos. Manteles hogareños, hay tres coronas de flores ubicadas en distintas esquinas. Una tiene algo de azul. ¿Te acuerdas? ¡Exacto! Uno diría que está en Espinas y la agitación social que causó la santidad de Santa Rosa. Pero esa es otra historia. Sí, la carta también es alternativa aunque no está escrita a mano. Una pena. Ah pero la lámpara, la lámpara que cuelga encima del techo grita exclusividad. Que placer pensar que eres un simple objeto debajo de su luz. Y los cojines, cojines de colores como para recordarte que puedes sentirte cómodo. Estás en tu casa. Adelante, quítate los zapatos. Pero bueno, volvamos al punto. Su presencia, su presencia. Tú entenderás, tú ya has pasado por eso. ¿Sabes? Deberías estar aquí, así podríamos discutir de la gente.

Pensó en tantas cosas al mismo tiempo. La vereda en la que sentó hace dos años para leer la última carta que le daría al costado de una caseta de venta mientras repasaba las letras que le escribió en los zapatos que hoy lleva puesto. Los viajes en el bus los fines de semana tienen la potencialidad de transportarlo a muchas dimensiones hasta reparar que no se encuentra en ninguna y que hoy es martes y no sábado como el mundo busca hacerle creer. Los juegos de mesa y las cortinas con girasoles bordados que tenía la ventana superior de la casa con jardín, donde nunca faltaba pan francés con queso y jamón y, leche cortada caliente. Sintió un deseo por pararse encima de la silla, allí mismo donde había una persona dándole la espalda mientras hablaba por teléfono sobre discursos televisivos, británicos y cucharas. Hasta él tenía con quién hablar. Pensó en hablar sobre la injusticia de este mundo, decirle que se iba a morir ese mismo día y que no quería pensar qué hacer antes morir porque le parecía realmente estúpido manejar una lista con cosas que hacer. Decirle, repetirle, pronunciar sintiendo la lengua raspar los dientes, escupir si es necesario para procesar su humanidad, decirle que el local lo atrapó mientras caminaba por esta calle como quien te jala a bailar cuando estás desprevenido y que ahora estaba aquí, tomando un café amargo y comiendo la tartaleta de arándanos que tanto le recordaba a su infancia. Pensar que han pasado cinco años, quizás diez, quizás veinte o un siglo y mis huesos son solo polvo de estrellas como decía el trovador. 

Lo peor es que las personas lo subestiman por su ingenuidad. Pero tú y yo sabemos bien que es más inteligente que muchos de los que han estado antes ahí. Claro, Estela pensaría "Lo tengo en mis manos, he cambiado sus reglas de juego. Me ha traído aquí y mira tú como yo he cambiado todo en un segundo con mis condiciones". Diría, "Tú estás ahí porque yo te puse ahí, esas palabras yo las escribí en tu mente pero no te has dado cuenta" Pero la verdad es mucho más fuerte. Por eso digo que aunque es muy pronto siento que le irá bien. Porque él está midiendo a sus jugadores, a los adversarios, a sus futuros amigos. Está midiendo aquello que tiene a la mano, tendiendo puentes y leyendo sus cartas. No, no, no se trata de ridiculizar. Ahí te equivocas Pablo. Leer tantos libros británicos te ha consumido la intuición. Al contrario, es armar un mapa de reacciones. Ese es el verdadero poder. ¿Tú crees? Sí pues, quizás estoy siendo muy optimista. Probablemente estoy negando la posibilidad que sea una persona común, tan común como el tenedor que tengo ahora en la mano y ha pasado ya por tantas bocas. Definitivamente me da asco pero sabes bien las reacciones que genero cuando empiezo hablar de los cubiertos, la prostitución de los objetos diarios y la mecanización de los procesos básicos. Justo antes de venir pasé por una tienda para comprar un bloc de notas donde ahora dibujo mientras tú me hablas y me sentí abrumado por los estantes de objetos. Sentí que alguien iba a cogerme de la mano y ponerme en un estante. No estoy loco. Los objetos me miraban, las promociones me decían "Ven tú aquí, eres parte de nosotros". Compré rápidamente y me fui, sintiendo que si volvía a ese lugar probablemente cogería cinta adhesiva y me pegaría a un estante para observar a las personas. 

No quería acabar su café, porque sentía que cada sorbo lo confrontaba contra su futuro. Empezó a armar teorías, teorías que nunca pisaban la realidad. ¿Dónde quedaría toda su abstracción? ¿De qué servían todos sus pensamientos si era consciente que jamás podría ponerlo en una servilleta, en una hoja, en su propia piel? Entonces pensó cuál sería la canción perfecta en esta pequeña sala infantil en donde se encontraba. Zapatos de cuero encima del felpudo, mediasplomasdecumpleaños que causan sudor, camisa blanca apoyada en un respaldar enteramente rosado. Un lapicero empuñado con una jirafa alternativa (Vaya que todo era alternativo) mientras pensaba en el autor de Fuentovenjuna aquel martes por la noche que seguían insistiendo, era sábado en la mañana. ¿Lope De Vega? Por eso quizás no quería pedir la cuenta, porque era consciente de todo lo que tenía que procesar de camino a casa. Ah sí, la canción perfecta. Me parece que tú escogerías una canción de jazz. ¿In a Sentimental Mood? ¿Blue Train? Súmale un fondo en blanco y negro, un sombrero negro de ala ancha o una sonrisa espontánea en el marco de la puerta. Otra alternativa sería inclinarte por algo más contemporáneo (Encajarías mejor con el local) algo de Lord Huron o Alt J pero no combina contigo, así como estás ahora al menos no. No seré yo quien te diga que has envejecido y que te ves ridículo en una sala rosada, envuelto en cojines de colores en un clima y día como este. Ya que te importa si te vas a morir. Lo siguiente sería quizás ir a estas ferias circenses y subirte a uno de esos carruseles con caballos blancos o ponies. 

No me conviene desarrollar una fobia a los Centros Comerciales, tienes razón. Pero, claro, tampoco me agrada la idea de ver tantos objetos juntos en un mostrador, eso es lo que realmente me hace sentir plástico. ¿En verdad crees que soy impredecible? No te digo que ahí es cuando pienso que me entiendes. El discurso, los nuevos locales de este barrio, los cubiertos y ahora mi fobia a los Centros Comerciales. Acabo de voltear y he visto a un señor de unos cuarenta años mirando su taza fijamente, me parece que está un poco loco. Suelta palabras en voz alta y luego hace un ruido molesto, el sonido excesivo de sus pies con el piso rompen la quietud de este lugar. Está asesinado a una servilleta. Decía, me das la libertad para hablar aunque no entiendas de que hablo. No tienes esta manía de la mayoría de mis amistades de marcar ejes temáticos. Igual juegas conmigo. No, todo está bien. ¿Por qué crees que me molestaría? Todo lo contrario, es encontrar el argumento detrás del asunto. Me da risa que me desafíes para ver mis reacciones pero prefiero mantener silencio. Te juro que el sonido contra el piso me irrita. Está ido, completamente ido, suelto, medio muerto. El pastel de espinaca excelente, el café no tan bueno para mi gusto. ¿Te has dado cuenta lo mecánico que existe en todo esto? ¿En la construcción mediática del discurso de Ricardo? ¿En nuestra conversación telefónica? Un momento (Sí, con tarjeta. No me olvido de la propina, ¿Por qué me lo dice con ese tono desafiante? Agréguela, lo que usted diga. No, sin boleta. No me gustan los papeles) Su discurso feliz muere en sus hábitos capitalistas. ¿No te digo? Probablemente si se trate de un estilo de vida. Pero no aquí, definitivamente no aquí. Salgo para allá. ¿A las seis está bien? Compraré cubiertos. Perfecto.

Supo que era momento de pararse, de irse, de quitarse la ropa y correr desnudo por esas calles. A nadie le importaría, a él mismo le costaba encontrar la importancia de su propia vida en un día como aquel en donde se sintió perdido y enteramente ridículo. 

miércoles, 11 de marzo de 2015

Champagnat, reza por nosotros.


No soy de compartir tanto mis opiniones por este medio, aunque probablemente gran parte de las cosas que escribo lleven consigo parte de lo que pienso. Sin embargo, en estas últimas semanas donde la indignación es más fuerte y en donde considero que no debería acortar palabras para cumplir las expectativas de la sociedad positiva (Gracias Byung-Chul Han por comerme la mente), me gustaría decir algunas cosas.

Como muchos de ustedes quizá, vengo de un colegio católico. No por decisión propia, claro está, sino porque mis padres decidieron meterme a mí y a mi hermano en colegios religiosos desde los cinco años de edad. No puedo decir que mi colegio era el más católico o estricto de todos. A mi nunca me hicieron arrodillarme en chapitas o me persiguieron las monjas para bajarme la basta (Aunque si lo hizo Miriam en la oficina de normas, luego de reclutar a todas las chicas para hablar sobre nuestros actos impúdicos) Nota mental: Hubo una época en la que mi colegio censuraba a las personas que compartían críticas sobre el colegio/profesores a través de redes sociales (Aka: Suspensión) Espero que esto no siga así y si es el caso, reafirmaré que me da pena.

Desde pequeña asumí de forma natural la idea de rezar en las mañanas, de dar las gracias a Dios antes de comer y me sentía algo culpable porque jamás tuve el hábito (Salvo algunas ocasiones) de rezar en las noches. Poco a poco, fui interiorizando algunos ritos y ya que era lo único que conocía dentro de un círculo y una familia católica, lo asumía como correcto. Me acostumbré (A veces a regañadientes) a pararme al mediodía a rezar el Angelus, a confesarme de vez en cuando, a tener horas de clases que eran usadas para misa con el padre Hector. Por mucho tiempo, consideré que era normal poner en todas las caratulas de mi cuaderno VJMJCH (Algo así como Viva Jesús, María, José y Champagnat) o emocionarme por cantar canciones religiosas. Conservo aún cuatro libros de historia de Marcelino Champagnat en mi cuarto, no me he olvidado de su historia ni de las caricaturas sobre él que aparecieron en cada una de mis agendas escolares. (Todo bien contigo, fuiste un buen hombre). Hice la primera comunión, me confirmé y fui catequista por dos años. Ah y Cipriani vino una vez a hacer la ceremonia. No contenta con eso estuve en Gama, Marcha y quizás algo más. En resumen, podría decir que tuve una infancia religiosa muy activa (Dentro de mis parámetros, claro está). 

Sin embargo, todos esos años no me sentía enteramente segura de lo que decía y en mi mente convivieron dos mundos: Uno que debía creer, cantar, confesarse, rezar porque era una norma y otro en donde sólo estaba yo, ansiosa por una libertad que nunca pude encontrar en ese Dios, segura de que mucho de lo que aprendí (Aunque inconscientemente ya lo sabía) sólo era rutinas y construcciones para mí. A decir verdad nunca me gustó bailar, me impacientaba cuando nos pedían quedarnos en silencio frente a una estatua y no estaba segura de qué hacer tras comer una hostia. 

Aunque actualmente no creo en nada y la religión católica y yo llevamos ya un tiempo distanciadas, no podría decir que me he vuelto menos tolerante. Todo lo contrario, si algo me quedó del Colegio y de las clases de Juan de Dios fueron dos cosas: La importancia de los valores que la religión católica predica como el respeto, la tolerancia o la igualdad (Digo predica, porque no siempre los cumple) y que pueden ser aplicados a muchas otras religiones y las tres violetas de Marcelino: Humildad, sencillez y modestia. Son cosas que siempre llevo presentes aunque muchas veces falle yo también. 

Lo que me sorprende es cómo a pesar de esta predica (No me meto con otras religiones que no conozco a profundidad), existe tan poca disposición a debatir abiertamente con argumentos razonables (sesgo mío) la idea de familia. No generalizo a todos los católicos o religiosos porque conozco muchos a favor del aborto y de la Unión Civil sino de sus principales voceros, como es el caso de Cipriani (Por el cuál, además, recé en muchas mañanas escolares) o de Bambarén. Es decir, si predico el amor ¿Qué me da derecho a decir qué es amor y qué es improperio? ¿No es acaso el amor algo positivo en todas sus formas? ¿Por qué una expresión de amor si puede ir al cielo y otra al infierno?. Si predico la igualdad, ¿Por qué hay hombres con más derechos que otros? ¿Por qué se condena la discriminación racial y se permite la violencia por género o por orientación sexual? y finalmente si es lo que se defiende (No generalizo, pero si lo aplico a varios casos) ¿Qué mierda hay de tolerancia detrás de todo lo que se dice? 

En Religión me enseñaron que la familia estaba conformada por un hombre y una mujer mientras que en las clases de Educación Sexual con la Miss Maripily me enseñaban que el sexo debe darse sólo para procrear, debe ser con amor e involucrar únicamente a mujer y varón. En el colegio, al menos en primaria, no se hablaba de tanta soltura sobre familias divorciadas, madres y padres solteros o peor aún homosexuales. Eran nociones de familia que no se ajustaban a la currícula pero que eran parte de la realidad cotidiana, era una idea de familia perfecta que no se aplicaba en mi casa y en donde no siempre encontré los canales para expresarme. Era un mundo en donde decir Unión Civil probablemente hubiera despertado el rechazo automático de mis profesores y diez Ave Marías (No de todos, claro está). 

Creo que el hecho de entrar a la universidad (Y seguiré defendiendo el hecho de que fue mi universidad y no la universidad en general) me permitió encontrar a personas que pensaban igual que yo y a otras que aún pensando distinto, podían defenderse con buenos argumentos. Comprendí finalmente que mis ideas sobre el aborto, la promiscuidad o el matrimonio homosexual no eran "pecadoras" (o raras) sino que podían entenderse desde las relaciones sociales, la cultura, el comportamiento humano, es decir, más allá de categorías religiosas. No puedo decir lo mismo de el resto de personas que egresan de colegios religiosos y que probablemente han pasado por las mismas dudas religiosas que yo, porque en una sociedad cerrada, elitista y prejuiciosa como la nuestra, dudo que haya tantos espacios para hablar. 

En la actualidad he aprendido a convivir en estos dos mundos: El de mi familia siempre más conservador, tradicional y católico (Sobre todos mis tíos) y el de mi Universidad o grupo de amigos, más abierto al debate y tolerante. Hago la acotación en este último porque soy consciente que más allá de los círculos sociales en los que me muevo, hay muchas personas "cerradas" de quienes no critico sus creencias, pero si su disposición a debatir. Lo bueno de todo esto es que últimamente veo más nexos entre estos dos mundos. El domingo escuché a mi abuela decir sexo tres veces y sin tapujos, pude hablar con mi tía sobre el Acoso sexual, la Unión Civil, la adopción y aunque las posturas aún son distintas, fue bueno al menos tener la oportunidad de hablar y notar el cambio generacional. No obstante, aún falta mucho por hacer y por decir pero creo que el primer paso se resume en lo que quiero decir: La disposición, de los que no creen y los que creen mucho de crear un espacio de diálogo en donde apliquen los mismos preceptos que predican a diario.

Para terminar, porque incluso para mí se me está haciendo algo aburrido seguir escribiendo, me gustaría cerrar con algunos puntos:

1. Somos un Estado laico, no un estado católico ni evangélico. Las opiniones de sus líderes son bienvenidas pero no deben entenderse como normas. No obstante, no puede negarse el poder de la iglesia y la influencia que ejerce como poder factico en algunas decisiones dentro del Estado. Su poder mediático también es importante ¿Cuánto alcance tiene el programa de Cipriani? ¿Qué otros programas religiosos hay? Los actores políticos que se alejan del status quo (Pensemos en Bruce, Jara o la nueva ministra de la Mujer) son criticadas con argumentos bajos.

2. La debilidad estatal es un problema que impide una correcta aplicación de este laicismo. Recién en el 2014 se cuestionó la presencia de crucifijos dentro de oficinas estatales. Muchos colegios públicos basan su enseñanza en elementos católicos. Esto no estaría mal, si se diera la oportunidad de conocer distintas expresiones religiosas y no sólo la de un discurso hegemónico.

3. Los congresistas y los funcionarios públicos al momento de tomar decisiones, deberían desplazar algunas creencias personales (Ej. religión). Esto no implica negar que representan a intereses y facciones distintos (Por algo hay bancadas y pseudo partidos políticos) pero creo que en tema de derechos, si deberían ponerse a un costado.Sería interesante analizar el perfil de cada uno de los integrantes de la Comisión de Justicia, viendo sus preferencias y vínculos con organizaciones religiosas. (Apuesto, son muchos)

"Están en su libertad, pero luego de un amplio debate, la población peruana, representada en sus congresistas, ha ganado con la protección de la familia" (Julio Rosas)

4. Aquellos que se refugian en el argumento de la "mayoría", obvian una realidad más compleja. La democracia debe partir del reconocimiento de individuos y colectivos distintos con derecho al voto, representación e inclusión. De lo contrario, corremos el riesgo de gobernar a medias. 

5. Queda un debate abierto sobre el significado real de la familia. El activismo desde ambas posturas es notable pero sin el diálogo, puede caer en formas de violencia que ya se vienen dando.

"Hemos defendido a la familia peruana. A la familia natural que es base y fundamento de la sociedad" (Julio Rosas)

6.  Falta un pronunciamiento más fuerte o conjunto de aquellas Instituciones que ya se han mostrado a favor (Defensoría, PJ, TC, etc.) 

7. Las movilizaciones juveniles y la derogación de la Ley Pulpín puso en cuestionamiento algunas ideas sobre el modelo económico, el empleo y el mercado. En este caso debe apuntarse a una estrategia más amplia que implique movilizaciones, voceros e instituciones ya que las probabilidades de que los congresistas de este parlamento cambien de opinión (Pese a factores políticos), son menores. ¿Deberemos esperar a un nuevo congreso? ¿Será el próximo Congreso más abierto? ¿Qué pasará con el proyecto de Unión Solidaria? (Que Ojo, no recoge los principales aportes de la Unión Civil.)


jueves, 29 de enero de 2015

Mi cita ideal

Esto lo escribí hace unos quince días, pero Rosatel y sus promociones que no entiendo me traen de vuelta por acá.

Hoy día estuve pensando en las citas, es decir cómo sería mi cita ideal. De por sí, he de admitir que aunque soy una persona muy romántica me inclino por otra clase de situaciones más bien bizarras. No me gustan las flores porque me aterra la idea de que alguien me envíe algo medio muerto en un ataúd blanco (O generalmente blanco) y los chocolates en exceso me causan alergia. Tampoco soy de esas personas que acepta fácilmente una cita en un lugar de pastas y una vela cuyo calor probablemente te hace sudar las axilas (Felizmente no tengo ese problema, pero me imagino que puede ocurrir) No soy tan fan de las películas románticas pero tampoco cedo a las películas de terror o de múltiples muertes (Una vez a alguien se le ocurrió poner Black Diamond y a los diez minutos tuve que rogar por un cambio) En fin, creo que no encajaría fácilmente dentro del prototipo de citas.

No se preocupen, si tengo corazónY creo que incluso muy grande para mi cuerpo.  #DramasFamiliares Es probable que llore más que todos ustedes juntos o que trate de bien a las personas de vez en cuando. Pero no, jamás escribiría mi nombre en un árbol, haría un vídeo público o permitiría que me regalen un oso gigante de esos que te ahogan mientras duermes. Agradecería ir por makis y esperar a que alguien me dedique Hoy voy a beber.  Por tanto, para mí, una cita ideal consistiría en ir a comer helado payasito a Miraflores mientras extraigo lentamente las lentejitas Donofrio que cuelgan de su cara y me mancho con helado la boca, rogando porque un señor se acerque y tenga la amabilidad de alcanzarme una servilleta o dos.  Me gustaría que me regalen una hoja de un libro, sería más gracioso que sea de un libro porno. Pero sólo una hoja, porque sino se pierde el gusto o adivino el final. Puntos menos si es de un libro de Coelho, más puntos si esa hoja viene acompañada de un encendedor. No señor, no tengo tarjeta bonus. Conmigo no funcionan los 3 x 2. Sí, sí quiero donar mis céntimos para que no me mire con esa cara. Quizás también algo que ya no pueda usar como un yo-yo sin hilo, un crucigrama resuelto o una llave partida por la mitad. Así me preguntaría por las pelotitas de jazz del patio de mi tía, por la persona que llenó tantos recuadros y se fue por las esquinas o qué abriría esa puerta que hoy no puede ser abierta en el danzar eterno de los dedos de mi mano derecha. Hacer todo un recorrido en micro con alguien, pasear en carro a todo volumen o sólo caminar hasta que me salgan ampollas en el pie. 

Debería haber una botella de vino, siempre una botella de vino. Puede ser también una caja, de preferencia que sea vino gato. Por favor, sin Kola Inglesa. Me parece la combinación más vomitiva, y eso que conozco muchas. ¿Alguien dijo mayonesa con puré? Podríamos ver vídeos en youtube de cómo abrir botellas de vino con la suela del zapato, con el uñero del pie (Quizás algo asqueroso, a quién le importa) o con la esquina de la gafa morada. Un encendedor de cincuenta céntimos de esos que demoran en prender y que cuando prenden hacen salir humo de tus cejas y algunas hormigas en el grass que se camuflan fácilmente para aparecer a la luz de tu cuarto mientras intentas ponerte la pijama de siempre y sientes algo subir por tu talón. Para sellar el momento podría aceptar un selfie impresentable y añadir hashtags como #Instalike #Tapsforlike #ClapsCosYouSuck #ClapsForALapDance #IggersPeru #LaterPostSexPic #Love #PerfectCouple #GonnaGetMarrySoon #AlwaysTogetherNeverApart #Tinder #YoullBeThePrinceAndIllBeThePrincessItIsaLoveStoryBabyJustSayYEs

La razón es que lo hermoso está en lo espontáneo y lo espontáneo me devuelve la fe en las casualidades, en el amor a primera vista (Que siempre afirmaré, existe) y en Shakira con el pelo negro. Pies descalzos, lávate los pies. Yo sé cuidar mi cuerpo, inspección de la enfermera del colegio para revisar la cabeza de los niños mientras resuelven ejercicios de matemáticas y reciben sobrecitos de Nopucid 10. Ver una película, prender un cigarro al revés, leer un libro, tener amigdalitis, no tener ya nada, tomar un café, dibujar cosas con el borde posterior de la cuchara del café, derramar el café, tomar sopa maruchan en la puerta de un grifo, caminar en pijama, perder tu DNI.

La próxima vez que planeen una cita, no piensen en cuánto han de gastar o qué es lo ideal. Las películas románticas son una sugerencia, no una norma. Las cadenas de plata no te unen a otra persona, los anillos no te casan, los tatuajes no te afirman (Más si recién van una semana...). No digo que no sean formas de expresar el amor, pero hay tantas otras que a veces me gustaría pedirle al mundo un poco más de creatividad. Pueden empezar con 100 películas sobre Zombies, diez formas creativas para usar una tapa de cerveza Cusqueña Trigo (Lo siento, he desarrollado una obsesión por esa cerveza) o cualquier otro manual de Buzzfeed. Exigete, innova, cambia, UPC.  No tengo Ipad. Xilofón. 

jueves, 8 de enero de 2015

Playlist 2014


Estaba pensando en hacer un balance sobre mi 2014, de esos en donde reflexionas sobre lo qué viviste, aprendiste y lo que puedes mejorar. Sin embargo, durante mi último escape tuve tiempo de sobra para hacerlo y creo que es mejor mantener algunas cosas en mi memoria. Sólo puedo decir que este año sufrí, me enamoré, asumí responsabilidades, tuve resaca, prometí no volver a tomar y volví a tener resaca, hice mil dietas y sólo cumplí dos (Aka tragué como nunca), viajé todo lo que quise, me perdí (El Colca y yo lo sabemos bien), probé makis por primera vez, leí, conocí gente increíble, perdí amigos pero mantuve a quienes valían la pena. Crecí, quizás no de tamaño pero si de carácter y eso es lo que importa. He ganado paciencia, confianza y sobre todo, he aprendido a valorarme. Las expectativas que tengo para este año son muy grandes y espero poder estar a la altura de los retos que hoy me pongo.

Al igual que muchos otros, creo que la música es un medio perfecto para expresar mis sentimientos. Mis habilidades musicales son nulas pero aún así, suelo cantar todo el día con mis amigos más cercanos. En parte porque siempre están esas canciones que se te pegan fácilmente (Ej. El taxi) y también, porque dicen mucho de cómo me siento. Por tanto, creo que mi año puede expresarse mucho mejor a través de canciones.De seguro algunas lo hicieron más que otras, pero todas en esta lista tienen un valor especial. He intentado ponerlas en orden cronológico, según me lo ha permitido mi extraña memoria.  No he puesto a qué cosa me recuerda exactamente cada canción (Salvo algunas ideas sueltas) porque me da mucha flojera. Sin embargo, si alguno está interesado puede preguntarme y quizás escuche alguna historia interesante. Si espero que algunos de mis amigos o personas más cercanas (Si llegan a leer esto) se reconozcan en esta música. Debo admitir que luego de años de rock, el indie y el reggaeton han protagonizado este 2014 (Gracias Abigail)

En este playlist están representados Sancho, Andrea Rodriguez, Josema, Año Nuevo 2014, Jimena Clariluz, Cisepa, Maddie, Daniella, Marisela, Hugo André, Sergio Ugaz, Abigail, Elizabeth, Cody, Emily, Zoe, Arequipa, Julián, Annie, Maggie, Rodrigo, Valeria, Fiochi, Javier Vega, María Gracia, Moroco, Sonia, la PUCP, Renato, Micaela, Bertha, Ana Paula, Jorge, Francisco, Diana Flavia, Pepe, Ana Paula Simon, Ana Paula Muto, Eventos, Katty Britto, Carlitos, Nadeen, Sandra, Isabella, Gabriel Desulovich, Stephen, Gonzalo Gaviria, Juan Carlos B. O al menos esas son las primeras personas que se me vienen a la mente.

Pre 2014:
I will follow you in the dark- Death Cab for Cutie
Requiem- Tourista
Cut here- The Cure

2014
Te pintaron pajaritos en el aire- Yandar y Yostin
(Escuchando la historia de Sancho, sillón blanco, pijama rosada de zebra, Santa María Shore)
Rompe la cintura- Alexis y Fido
El Champu- Tu papa
Fugidinha- Michael Telo
Um de nós- Marcelo Jeneci
Pra Sonhar- Marcelo Jeneci
Paranoid eyes- Pink Floyd
Wake me up- Avicii
Te Encontre- El Vega
I'm Happy just to dance with you- The Beatles
Johnny Be Good- Chuck Berry
Are you gonna be my girl?- Jet
Oleo de una mujer con sombrero- Silvio Rodriguez
El hombre que no podía dejar de masturbarse- Daniel F
Esa boquita- Dragon y Caballero
40 day dream- Edward Sharpe & The Magnetic Zero
Second to none- Phoenix
Wake me up- Avicii
Soup- Blind Melon
The moon song- Karen O
Good vibrations- The Beach Boys
Close to you- The Carpenters
Long distance call- Phoenix
Helplessness blues- Fleet Foxes
Liztomania- Phoenix
Black Sugar- The Rolling Stones
Can't you hear me knocking?- The Rolling Stones
Game Of Thrones Opening
Lord of Castamere- Sigur Ros
(Javier) 
Breezeblocks- Alt J
Take me to church- Hozier
(Patio de sociales, Diana, tiendita, blackberry negro)  
Unbelievers- Vampire Weekend
Blue skies- Noah and the whale
I know it's over- The Smiths
Sabor a ti- Monsieur Perine
I see fire- Ed Sheeran
El fantasma de Canterville- Charly Garcia
21st of May- Nickel Creek
Only love- Ben Howard
Hot knife- Fiona Apple
Jovens- Onda Vaga
Instant Crush- Daft Punk
No sé el nombre pero sé que existe- Artic Monkeys
(Verano, casa de Magra, aprendiendo la magia de Spotify)
Latch- Disclousure ft. Sam Smith
Summer- Calvin Harris
Hide and Seeek- Imogen Heap
(Emily, perdidas en el Colca y comiendo lomo saltado de 5 lucas por la plaza)
Howlin for you- Black Keys
Somebody that I used to know- Gotye
Sex on fire- Kings of Leon
(Wild Rover, Dejavu, Friendly Hostel, Jules, Zoe, Grainne, Aqp)
Money on my mind- Sam Smith
From Eden- Hozier
Propuesta indecente- Romeo Santos
Iscariot- Walk the moon
(Carro de Annie) 
Rude- Magic
(Taxista colombiano llevándome al aeropuerto de NY)
Counting stars- One Republic
Australia- The Shins
Antes- Jorge Drexler
Cantata de Puentes Amarillos- Pescado Rabioso
Universos paralelos- Jorge Drexler
Dreams- Fleetwood Mac
Inconsciente colectivo- Charly Garcia
Heaven- The Walkmen
Just Breathe- Pearl Jam
Work song- Hozier
Ends of earth- Lord Huron
Heaven- Bryan Adams
She lit a fire- Lord Huron
Cherry wine- Hozier
Blame- Calvin Harris
Ojos verdes- Pedro Guerra
Darle la vuelta al mundo- Calle 13
La Perla- Calle 13
Loco tu forma de ser- Los auténticos decadentes
Ay vamos- J Balvin
You are the one for me fatty- The Smiths
Kalashnikov- Bregovic
Bang Bang- Ariana Grande
Hoy voy a beber- Nicky Jam
Entre la playa, ella y yo- Big Yamo
Travesuras acústico- Nicky Jam
Thinking out loud- Ed Sheeran
I'm a mess- Ed Sheeran
Transeuntes- Jorge Drexler
El taxi (No pregunten por qué)
Fixin- Walk the moon
Here I am- Soja
(Una noche más en Chiclayo, Pancho nos recogió del terminal. 2015 con sabor a 2014)

2015
Pierdo la cabeza- Zion y Lenox
Kiss me- Ed Sheeran