domingo, 26 de junio de 2011

Para nadie en especial



¿Por qué te volviste una rutina? Algo a lo que me aferré quizás demasiado y ahora, cuando me pongo a pensar cuan rápido pasó todo, por alguna extraña razón te extraño.

Si, también te convertiste en una persona especial y ese era precisamente mi miedo más grande, te dije que soy muy débil y me gusta empañar mi debilidad con cosas tan estúpidas. No poder decir todo completo y sentir que las palabras se te quiebran antes de siquiera pronunciarlas. Si, sí algo así como The Wall y Pink Floyd pero menos musical y más cotidiano.

Creo que fue un imaginario, otra quimera más que ronda mi mente. Pero todo lo que pasó, desde cosas pequeñas hasta otras más microscópicas, si tuvieron un significado distinto. Fue divertido alucina, me sentí muy feliz en la espontaneidad de las cosas... y ahora todo vuelve a ser un mundo distinto, vuelvo a girar a la misma velocidad y no me gusta...

E intento buscarte, te juro que lo intento, pero siento que algo ha cambiado y obviamente no para bien. La sustancia se transformó químicamente, los compuestos se alteraron y el Ph ya no es simplemente el mismo, lo noto más ácido como el 1 en donde habitan las paredes estomacales (Ok, focus) Pero es cierto! Hay algo raro en todo esto y creo que no podré entenderlo nunca. Tú me lo preguntaste y no pude darte una respuesta razonable... para variar.

En fin, no creo que leas esto así que buenaso

Debo estudiar, pero necesitaba decirlo... o al menos escribirlo

Espero no ser cruel víctima del tunel carpiano por apretar las teclas en una posición tan incomoda y con tanta furia, no quiero ser un títere electrónico pero los finales llaman y con ellos, también el fin de todo esto.


¿Fin?
No entiendo porque finales, el conocimiento no deberían ser finito ni tener un final. Con un examen, se cierra una prueba y se abre una carrera que recién empieza..

Quizás mi redacción este hasta el culo y sinceramente no me importa, quería disparar literariamente a alguien o algo y lo hice

Así que aDIOS.



lunes, 6 de junio de 2011

La prueba del délito

Digamos que la música ha vuelto a conquistarme, hemos anulado el proceso de divorcio y emprendido una dulce reconciliación. Me encanta abstraerme en los sonidos difuntos y difusos del crescendo, palpitan en un latir rítmico que definitivamente, contrasta con la música de afuera, tras las murallas de mis oídos.

Los pasos me llevan la delantera, mi cuerpo es un vaivén de sonidos inconclusos y me traslada por el pentagrama aéreo ante la virginidad que ofrece la mañana invernal limeña. Intento subir rápidamente, con la mirada pérdida en el vértigo de mis propios pensamientos y los veo, me sorprenden con sus miradas rencorosas... la última pero quizás una más en la larga lista... no se extinguieron ayer, están tatuadas en su piel... encarnadas... esas marcas moradas que sonrién clandestinamente, como riéndose, en las orillas del rozar blanco.

Las miro atentamente, las analizo... las desmenuzo hasta ser parte de ellas... se escabullen lentamente de sus dueños y jugamos como niños en una orquesta desenfrenada, en do re mis desentonados ... somos uno sólo, perdidos en un mar morado moderadamente prudente, ahogándonos entre tanta tinta líquida ... ahí los idealistas moribundos, remando sin destino y refugiándose en tus manos, en la turbulenta marea que emerge de tus venas... ahí sin orilla alguna, desamparados, tristes manchas esperando ser parte de un color, de un matiz, de una realidad.

Uno, dos o tres sellos en el papel pueden hacer o no diferencia... un mar arremolinado gimiendo por un cambio, una verdadera revolución.

La última marca está consagrada, impregnada en el fondo de la piel... de lo conocido y de lo que aún queda por conocer.

Abro los ojos intempestivamente, la brisa miraflorina logra sacudirme un poco las entrañas... algunos se han ido y otros nuevos los reemplazan, nuevas sombras multiformes y aún falta mucho para la meta, una lucha contra el réloj constante, ya son parte mía.