miércoles, 29 de agosto de 2012

Mira, yo que te quería tanto, sobre todo esos días de lluvias en que tus medias moradas resaltaban debajo del pantalón que nunca aprendiste a planchar. Yo que te quería, con ese pelo desorbitado que escalaba por las orejas y caía enmarañado hasta la boca de tu espalda. Y cada vez más descubro que eres una negación mía, una invención espeluznante, una pelusa debajo de la cama.

jueves, 23 de agosto de 2012

Versos varios, sonidos tontos

Cae el ocaso sobre las piernas peludas
Que buscan confundirse en el pasaje frondoso
Yo vuelvo a tu mirada distinta y me pregunto
Si realmente me miras
O si soy tan solo un objeto inerte
En ese horizonte lejano que inunda tus ojos
¿Será que no puedo mirarte a los ojos sin creer que jugamos a escondernos el uno del otro?
Tu voz es melancolía en los trazos que dibujan estas manos,
Estas manos que sólo anhelan ser una extensión intrínseca,
Un enmarañado de gentes, genes y sálivas varias,
Un vómito alcohólico que se desangra en estas líneas
En esta perfección negada
Porque esta alma ya no es mía ni suya 
La entregado a las sombras movedizas de tus manifestaciones
El origen de las cosas, la llegada del deseo 
Todo se rompe en la carne 
Que magia la que impera en estos retazos tristes,
En las caras que caminan y pasan de largo,
Y caen al abismo una y otra vez,
En las sonrisas desdibujadas por el miedo,
Por tu miedo y por el mío
Y por el mismo miedo hoy muero
En el deleite de la noche plena



miércoles, 8 de agosto de 2012

Fuga cerebral: El moco que desciende por mi nariz


Arcoiris chocolatosos 
Porno starwarsiariano 
Y canciones pegajosas 

Cosas que pasan un segundo, que se pierden en un instante y aparecen imprimidas en la mente en sueños tan lejanos y lujosos. Es tanto el moco verde el que emana en estos momentos de mis fosas nasales que empiezo a ser testigo de una inundación colosal y corporal, una fuga neuronal que desciende por mi nariz y se impregna en papeles pegajosos debajo de la cama. Me gusta toser porque así creo que escupo un pedacito de ti, masticado, devorado, pequeños germenes que avanzan y copan todo este vacío. Soy un disco rallado, una pelota de ping pong desinflada que suba y baja con el viento, con las flatulencias de señoras indignadas, soy tan solo una mancha verde en el papel que gira y se retuerce.

Las cosas nunca salen como uno espera, la espera no mata pero trepa lentamente por la garganta, se hace un nudo, una tortícolis diaria, una pose de yoga mal hecha y yo ya me cansé de pensarte, de conseguir la estrellita y comer el hongo mágico. Malditos juegos infantiles con mensajes subliminales, la espinaca nunca me hizo crecer y últimamente me he convertido en una lácteo-maníaca. Pung pung pow, pow pow pow cow, todas las cosas siguen su rumbo menos tú, como si te hubieras desviado y caído a un abismo (Una vida menos) ¿Quién eres? ¿Quién dices ser? Todo te parece igual, edificio tras edificio, paredes muertas, una insinuación callejera. Las cosas se vierten en un juego sin salida, en un mando, en una pausa, pero afuera todo sigue pasando. Yo ya no sé que escribo, solo sé que mis palabras salen de mi boca como un vómito a-rítmico ¿Del do al si cuantos ojalá? Como un deseo que sube azaroso y me consume, me repliega, me despliega, me abre de manos y de piernas y me dan calambres en los dedos pulgares cuando trato de escribir. Maldita obesidad hecha carne, carne hecha pan, metáforas que nadie entiende y solo confunden más el sentido de las cosas. 

El cerebro explota
Los días se agotan lentamente y corren desnudos por las calles desoladas 
Me proyecto en tu sombra, en tu risa
En la voz que aún no escucho
En la mano que aún no palpo 
La mente se da uno, dos, tres tiros
Balaceras existenciales de un ser que no existe
Reflejos fantasmales sobre la piedra
Y apareces en un lugar inhóspito 
Dos semanas y te difuminas en la noche
Tres y te borrarás de mi recuerdo 
Cuatro y mis dedos no dan para más
Y apareces en la copa, en cada conversación
Grito ahogado, pulso acelerado,
Choque de chachi carts en la esquina de la oreja  
Fetiches vitivinicolos 
Cuando vengas escupiré en tus uvas 
Yo solo sé cantarle a la muerte
Como en ese día gatuno 
Como la noche que aúlla para no saber que ha muerto

Silencio.
Respiro. Paz interna, posición de niño de primera comunión. Foto familiar, sonrían, digan chis, traguen aire. La garganta gruñe, la soledad araña, las palabras saltan de la olla y queman, duelen, se impregnan en la pie. El sonido aterriza, el moco se dispara, la gente se esconde y rehuye, escupo su sangre, juro los cubriré a todos con mi bufanda, nadaremos en la sombra del kleenex. 

Vestidos únicos,
Memes huevonísticos 
Bigotes engomados, 
Copias industriales,
Game off.