domingo, 13 de junio de 2010

Senderos de vida

No son sino punteagudos senderos,
Los que hoy transito en tus sólidos ojos
Dudo perderme en las rutas de tu cuerpo,
Dudo inquietarme ante sónidos sordos

Yo ruedo en el tiempo corto e infalible,
Sostengo el equipaje con las manos vacías,
Bajo la luz intermitente, una señal de espera
Quizás llegues mañana, quizás partas hoy día

Y si en tu honda niebla taciturna,
Logro alguna vez hundir mi rostro enajenado,
Pido ser ciergo y no mirarte a los ojos,
Ni rasparte la piel con palabras de seda


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