lunes, 23 de noviembre de 2009

Los abetos han perdido su sabor a fresa

Los abetos han perdido su sabor a fresa
Y en su lánguida tristeza, corren lagos de alegría
Se desplazan una a otra en mil pilas de cascadas,
Una mirada infernal a tus ojos de viento

Dichoso el viajante que cae hoy sobre mi puerta,
La campana errante que susurra en el oído,
No les pido pasar, estará siempre abierta,
Al elíxir de olores que emana tu piel de velo.

Muchos vendrán y otros tantos darán la espalda,
Caminaran a tientas, sedientos de luz.
Un tintineo rezagado que camina por el puerto,
Mientras fluye en el velero, el eco de tu adiós.

El zarpar de una goleta que amedrenta las bocinas,
Que se aleja impiadosa bajo brisas de mayo,
Ha perdido el sabor y el color de tus labios,
Se ha escapado el olor mi abeto de fresa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario