domingo, 6 de julio de 2014

Semana no cumpleañera


Me aburro de las personas como me aburro de los borden del pan. Generalmente sólo me gusta el pan molde (Y el pan pita, cuando se acuerdan de comprarlo) Desollar el pan despacio, teniendo cuidado de no ir más allá del borde e invitarlo a experimentar nuevas formas de vida. Válido cuando estás en la comodidad de tu casa y a las 6:00 pm. todo queda en el silencio y da espacio al lonche. El mejor momento del día. El mixto con orégano, el vaso transparente de leche con avena de Gloria y todas las energías del mundo concentradas en un pan.

No puedo mantener una conversación con alguien por más de una hora porque me aburre hablar, más si incluye mis sentimientos. Bueno sí puedo. El problema radica en que siempre me voy a extremos. Soy fría y cursi al mismo tiempo. Quiero, pero no sé qué quiero. Creo que me contradigo con mucha frecuencia, sobre todo si debo escoger qué comer (Sí, tengo hambre) Entonces si me toco dos veces la rodilla derecha debo hacerla con la izquierda porque sino se pierde el equilibrio de las cosas. Cuando estoy nerviosa me arranco el pelo. Me quito y me pongo los lentes en los momentos más innecesarios. Mis medias deben combinar con mi ropa porque sino es un mal día. Cuando bajo las escaleras siempre subo nuevamente para verificar la existencia de la puerta y que este cerrada. La cantidad de veces aumenta con el estrés. ¿Cerré bien? ¿Y si no existe? Por eso me toco mucho los bolsillos, la pierda derecha, la barriga y el cuerpo. Tengo miedo a que mis extremidades huyan de mi cuerpo o ya no quieran caminar conmigo. Salgo de mi casa pensando en que quizás haya una inundación o un corto circuito cuando regrese. Jamás podré vivir solar, tendré un perro. Here comes Johnny Yen again.

Odio expresar mis emociones porque siento que una mirada vale mucho más. Ir de la mano con alguien está muy overrated, me siento un perrosincorrea y a mi no me gusta pasear. Ojos brujos mátame. Me gusta mirar, sonreír, dar un beso al aire, no dar ningún beso. No terminaré de entender por qué a algunas personas no le gustan los besos.  Ayer Gonzalo y yo coincidimos que es lo mejor. Pero claro, debes saber besar. Creo que un beso revela la conexión que puedes tener con una persona, los labios jugando a conocerse, la provocación, la previa cómo dicen algunos.Tensión sexual antes del beso, mano que intenta aferrar algo que sabes pronto se irá, brillito que aparece en el intermedio de un beso cuando decides abrir los ojos, un beso en medio de una serie o una película #priceless. Admito que el intercambio bacteriano es alto y no Campo de Venus, no creo que los besos sean cheveres porque te ayudan a bajar de peso. Son cheveres por lo que son. Porque besar a alguien es mostrar una parte de ti, de mis huesos besos y obesos la humanidad.

A veces me sorprendo de lo despreocupada que soy. Da la casualidad que siempre que debo entregar un trabajo, decido escribir sobre estas cosas. Pierdo tiempo, gano libertad. Tras una semana cumpleañera de esas en las que comes gratis, he descubierto que de mi cumpleaños me agradan sólo tres cosas. Primero, escuchar las cuatro canciones que entona mi familia mecánicamente después de cada cumpleaños. No tanto por las canciones sino por la cara de quienes no están acostumbrados a nuestra costumbre familiar. ¿Por qué las pulguitas me desean un feliz cumpleaños? Digo, no soy un perro. No corro en un parque y me baño. Jamás pruebo mi torta de cumpleaños. Segundo, me gustan las cartas y palabras bonitas que me dedican porque me recuerdan que tengo gente hermosa a mi lado y tercero, que me inviten a comer. Tomar lonche. La galletita al costado del café, olor a pan caliente sobre la mesa, descifrar las canciones de bossa nova. El almuerzo es aceptable pero el lonche es orgásmico y si incluye lúcuma, puedo asegurar un colapso nervioso. Tanta, Raw Café, La Baguette Delicass, Rovegno, Bahía, Café Café, Tambo's. Qué hermoso es comer y más si es gratis. Gracias por la comida amigos, gracias por tener detalles que me hacen sentir querida. Y sí, ustedes también me agradan. Prometo no cambiarlos por un helado de lucuma con brownie. 

Papá me regaló zapatillas que duplican el tamaño de mi pie y despiertan muchas dudas al momento de caminar. Parecen de básquet y José Luis dice que tiene algo que ver con Michael Jordan pero son cómodas y negras. Sobre todo, son negras. Puedo verme los tobillos y si alguna vez se han preguntado por qué me encanta remangarme los pantalones, han hallado la respuesta. Tengo una fijación con mis articulaciones y con las del resto. Encontrar un tobillo bonito es un desafío e intento taparlo con miradas disimuladas. La parte más bonita del cuerpo humano, las uñas no deberían existir sólo traen problemas y se pueden cortar. ¿Por qué las uñas se pueden cortar? ¿Por qué los pelos del cuerpo deben salir? Es algo a lo que nunca le he encontrado explicación. El sonido del cortauñas es la peor pesadilla/tortura que puedo pedir, más si estoy en un restaurante. 

Creo que necesito un break. Pero en serio. Necesito volver a los rompecabezas, películas psicológicas, noches con jazz y partituras, un expresso por favor. Quiero vivir en pijama, usar mi enterizo rosado y combinarlo con mis medias de colores. En la mañana me desperté y todo estaba tirado. Salí a la calle y vi un accidente. Pensé en los Beatles, pensé en Sui Generis (porque me creo hipster) y me dio risa ver a la gente pasar sólo para ver el cuerpo, tomar fotos. Los carros querían avanzar, la vida seguía y tú estabas ahí. Los corsos surcarnos por fiestas patrias me sacan de quicio. Perfecta forma de empezar un corso. Chibolos ilusionados por su momento de fama con disfraces alquilados en Yulissa, banderas escolares de colegios que probablemente odian y padres comiendo grasa mientras con la otra mano toman fotos que se quedan en la memoria. Importa la cantidad, no la calidad. Importa capturar el momento pero no lo que significa, importa besar sin realmente dar un beso. Lo físico, los acróbatas, los clowns.

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